martes, 3 de noviembre de 2009

El arquitecto de la experimentación

En esta entrada vamos a comentar el original concepto de belleza según el arquitecto Frank Gehry (Toronto, 1929).Frank Gehry es considerado el arquitecto vivo que ha demostrado más claramente cuán maravillosa y productiva puede ser la experimentación.

Su estilo arquitectónico deconstructivo deja ver como es para él la belleza: “sensual y seductora”. Su lenguaje a través del tiempo es cada vez más escultórico, es decir, concibe la arquitectura como un arte, proyecta el edificio como una escultura.

En sus obras utiliza una serie de geometrías simples, las cuales forman una corriente visual entre ellas. Con esto, podemos deducir que para Gehry la base de la belleza reside en “la parte por el todo”. Es decir, su arquitectura está formada por piezas pequeñas que el espectador ha de encajar; al principio sus obras pueden resultar desconcertantes si no se miran como una sola unidad, como un todo.

Con sus obras pretende crear un espacio dinámico, dotar a los edificios de movimiento. Para ello, utiliza formas curvadas todas ellas bajo una cuidadosa estética. Suele inspirarse en los bungalows de estuco, las vallas metálicas de las casas, los azulejos de colores de inspiración española, las palmeras ondeando al viento y el movimiento e inmensidad del Océano Pacífico.

La arquitectura de Gehry juega con un elemento por encima de cualquier otro, genera y transforma el espacio.

Para Gehry es muy importante la funcionalidad del edificio pero sin descuidar en absoluto la estética; palabras del propio Gehry: “una vez terminado un edificio, éste debe ser una obra de arte, como si fuese una escultura.”

Gehry considera que la belleza se encuentra en el ojo (no importa lo que se esté mirando, siempre y cuando se llegue a comprender). Todas sus obras están hechas a partir de la experiencia estética, todas ellas extraídas de un mundo abstracto, simbólico.

Gehry plasma en sus obras únicamente lo que imagina, nada más, de ahí que su concepto de belleza sea tan personal. Sus obras son únicas puesto que su arquitectura es emotiva, transmite energía a la materia.

En conclusión, la belleza para Gehry procede de la experimentación con las formas, con el movimiento, con el espacio y con las sensaciones. Su ideal de belleza es sensual, salvaje y a un mismo tiempo elegante.

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